Capítulo
11
Así que el pequeño engreído de Oshida Changmin es el protegido del futuro
socio de Song, que coincidencia tan más grata.
-El gusto es mío joven Hoshida, yo soy Park Jihoon y él es mi hijo Park
Yoochun-.
La cara de ese joven altanero no tenía precio alguno, quise soltarme a
reír acerca de su sobreactuación, pero solo lo dejaré pasar, al fin que tengo
todas las clases de la facultad para martirizarlo. Quien definitivamente llamo
mi atención fue ese tal Jejung, el poco tiempo que estuve allí, no me quito la
vista de encima, pareciera que se siente incómodo con mi presencia o algo
parecido.
-Yoochun, te puedes quedar un momento con este joven y apuesto muchacho,
necesito que tu padre y Jejung-ssi me acompañen a un lugar-. Pidió el hipócrita
de Song
-Por supuesto, será un placer-.
Los ojos de Changmin reflejaban pura ansiedad, este era mi momento
perfecto para cobrarme todas las que me había hecho.
-Así que eres el protegido de uno de los empresarios más ricos de todo
Japón-.
-¿sorprendido?-. Respondió con un tono sumamente burlón
Suspire pesadamente.
-La verdad no, tienes toda la pinta de un chiquillo consentido y
malcriado-.
Frunció el ceño y emitió una sonora carcajada.
-¿Eso es lo que piensas de mí? Veo que tienes algo de cerebro y no eres
tan estúpido como yo pensaba-. Habló mientras elevaba cada vez más su tono de
voz, haciendo que la demás gente nos prestara atención
-Chiquillo, será mejor que no uses esos tonos conmigo, sino quieres que
vaya directo a donde se encuentra tu tutor y le informe todas las calamidades
que estas causando en la facultad-. Abrió los ojos enormemente al escucharme
decir eso
-No lo harías-. Afirmó llevándose la punta de su dedo índice a la boca
-Pruébame-.
-Idiota-.
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Poco tiempo después llego el tutor del chiquillo ese y se lo llevo
jalándolo del brazo. Ninguno de los dos fue capaz de despedirse o de
agradecerme por soportar al pequeño genio, solo se fueron a otra mesa. Ahora
veo de donde heredo el geniecillo sus buenos modales.
Todo lo que quedo de la velada, Changmin y yo nos dirigimos miradas
furtivas, él me miraba con odio y yo solo podía reírme, creo que eso solo lo
hacía cabrearse más.
Ya voy por mi onceava copa de ron, la gente poco a poco comienza a
abandonar el lugar, al final solo quedan las hienas más poderosas de todo Seul.
Inhalo aire y volteo a ver a Changmin, se encuentra de espaldas, no lo había
notado, pero tiene un porte elegante y altanero como toda su persona. Me dedico
a observarlo, note que no lleva sus pintas de pordiosero como regularmente las
usa en la escuela. Sabía que el chico era bello a pesar de esas horrorosas
prendas que usa para esconderse. El día que encuentre a su estilista le diré
que siempre lo arregle justo como hoy, porque a pesar de estar rodeado de
personas oscuras, su luz resalta de una forma asombrosa. ¿Qué mierda estoy
pensando? Todavía no pasan de las 12 y ya estás pensando estupideces Park Yoochun.
Será mejor que me retire.
Al llegar a mi casa los ánimos de dormir inmediatamente se esfumaron,
seguro será una de esas noches en las cuales no podre pegar un ojo. Doy vueltas
por mi apartamento, recuerdo que tengo un sinfín de trabajo atrasado, quizá
esta noche de insomnio me sea de mucha ayuda.
Papeles y más papeles, mi vista comienza a encontrarse cansada, aun así sé
que no podre conciliar el sueño, creo que ya avance lo suficiente pero ahora ya
no puedo detenerme. El trabajo es una excusa para alejar mi mente de ti, mi
pequeño Shim Changmin, tal vez estarías acompañándome justo ahora en mi cruda y
triste soledad, ¿no lo crees?
Me pongo de pie dejando el escritorio a un lado, tallo mis ojos, no debo
seguir torturándome con tu trágico recuerdo. Me dirijo al auto por más trabajo
que hacer, recuerdo que tengo pendiente revisar los dibujos de los alumnos de
primer grado, debo apurarme para entregar un reporte a la profesora encargada
de ese taller
Suspire, aún me quedaba una muy larga noche.
Veo cada uno de los dibujos de uno en uno, algunos son muy buenos en
técnica pero carecen de imaginación, otros son muy creativos, pero otros son
definitivamente un desastre, aunque admito que la mayoría de ellos tiene
talento de sobra. Lo único que disfrute de la carrera de Arquitectura fue el
taller de dibujo, me fascina la manera en la que un simple dibujo puede ser
capaz de manifestar emociones y reflejar la personalidad de una persona,
simplemente es increíble.
Es mi último dibujo por revisar, creo que después de esto dormiré cálida
y placenteramente. Llevo mi vista a la hoja de papel, lo observo y me quedo
pasmado, fascinado, simplemente no puedo creerlo, jamás en mi vida había visto
una cosa semejante.
Es sorprendente, quien lo realizo solo utilizo un lápiz para hacerlo,
dándole diferentes matices en cada trazo, los errores que presenta son casi
nulos. De todos los dibujos que he revisado, este sin duda es el mejor y es que
no es solo la técnica que utilizo sino todo lo que refleja, me hace sentir sombríamente
pasmado, nostálgico pero a la vez feliz, me encanta.
Siento la inspiración fluir por todos los poros de mi cuerpo, no me había
sentido de esa manera desde hace tanto tiempo, necesito liberar todo esto que
se está acumulando, pero no sé de qué manera.
-El piano-. Exclamo en voz alta
Hace algunos meses que no me sentía llamado por mi buen amigo el piano,
fui por unas hojas de papel, un lápiz, una goma y aquel dibujo causante de mi más
reciente inspiración.
Me senté ante el piano y rápidamente los tonos llegaron a mi cabeza, poco
a poco los exprese con mis fríos dedos, notas y más notas musicales, el sonido
simplemente se sentía magnifico. Las gotas de sudor empañaban mi frente, quería
componer más y más, las emociones que revoloteaban en mi cabeza simplemente
tenían que plasmarse en papel.
Después de tantos borrones y notas mal ensambladas, termine. Me levante
adolorido del asiento y estire todo el cuerpo. Sorprendentemente ya había
amanecido, el reloj marcaba mediodía, definitivamente ahora si podría dormir,
fui a beber un poco de agua sintiéndome satisfecho por todo lo que acababa de
lograr.
Con toda las emociones que llegaron en un instante no fui capaz de
revisar quien es el autor del dibujo que causo tantos estragos en mí, al volver
a la facultad era mi obligación agradecerle por causar tantos sentimientos
olvidados en mí. Dirigí mis pasos de
nuevo al cuarto de música para ver quién era el dueño del dibujo.
“Oshima Changmin” ese era el
nombre que menos me esperaba ver.
Porqué ese chiquillo engreído tenía que estar siempre tan presente en mi
vida, ese niño que cada que lo veo me causa jaqueca, acaso le tenía ahora que
agradecer por ‘ayudarme’ a realizar mis más recientes composiciones, no, no
puede ser.
-¿Qué demonios escondes Oshima Changmin?-.
Replico en voz alta antes de quedarme profundamente dormido.
/ ~ / ~/ ~ / ~
¡¿Qué?! Después de Song también tenía que encontrarme con Park Yoochun,
mantenía la esperanza que continuara viviendo en Estados Unidos, será posible
que aún sea capaz de arrebatarme a Changmin.
-¿Changmin?-.
-…-
-¿Changmin?-. Repito nuevamente
-Qué quieres Jaejoong-.
-¿Conocías ya a Park Yoochun?-.
Él inhalo fuertemente y suspiro.
-Sí-. Respondió
-¿Qué piensas de él?-.
Temí que su respuesta me la diera aquel niño de 6 años que tanto
idolatraba a Yoochun
-Que es un estúpido-.
Sonreí internamente al escucharle decir eso.
-Que te he dicho de las palabrotas…-. Changmin frunció el ceño. –pero
esta vez lo dejaré pasar-. Su semblante cambio y me devolvió una sonrisa
Continúe conduciendo por la oscura cuidad, la suerte estaba de mi lado,
sabía que a Changmin no le agradaba Park, pero no me tenía que confiar, porque
el futuro es incierto y además nadie tiene el poder de asegurarme que los sentimientos
de Changmin continuaran siendo los mismos. Tenía que prevenirme porque el
actual Changmin aún conservaba algo de su esencia de su yo pasado y no me podía
dar el lujo de que alguien me lo arrebatara.
-No quiero que estés cerca de él… de Park Yoochun-.
Changmin se mordió el labio inferior, estaba dudando de la respuesta que
iba a darme.
-No te preocupes, tampoco lo quiero cerca de mí-.
Una brisa de aire se coló por la ventana, movió graciosamente el peinado
que tanto esfuerzo puso Junsu en hacerle a él, los rayos de luna se posaron
sobre esos ojos color miel, esta noche de verdad Changmin estaba radiante, o
quizás solo soy yo, que soy un idiota enamorado. Él me sonríe sinceramente, es
de esas veces que me siento completo porque él está aquí, a mi lado, como
siempre tuvo que ser y ni Park Yoochun ni nadie me van a quitar lo que el
destino siempre quiso para mí.
/ ~ / ~/ ~ / ~
Los días transcurren sin sentido alguno, sin darme cuenta el otoño está a
punto de acabar, el frio en estas épocas es terrible pero inexplicablemente me
gusta mucho. Últimamente Jaejoong ha tenido trabajo en exceso y por lo regular
los días que va por mí a la facultad, siempre llega tarde, pero hasta a eso ya
estoy acostumbrándome
Justamente hoy es uno de esos días “Changmin-ah, lo siento, tuve algo
importante que hacer y no poder llegar a tiempo por ti, ¿Esperaras por mí,
verdad?”
Claro que lo esperare, con mi pésimo sentido de la orientación podría
perderme aunque fuera un lugar muy pequeño.
Hoy, la última clase falto el profesor, demonios tendré que esperar más
tiempo, bien, ya no importa, ahora tendré tiempo de recorrer toda la facultad,
desde que empezaron las clases no he podido visitar la piscina, quiero nadar,
necesito hacerlo, eso siempre me relaja.
Voy recorriendo los jardines, ahora secos por el comienzo del invierno,
quizá sea una mala idea nadar con este frio clima, pero de verdad lo necesito,
no he dormido bien los últimos días, por más que trato, aquellas pesadillas no
dejar de perseguirme toda la oscura noche.
Después de tanto tiempo buscando, doy con aquella enorme piscina. Una
sonrisa aparece en mi rostro, necesito sumergirme en ella, la ventaja de nadar
en plena entrada del invierno es que no hay nadie cerca que pueda observarme.
Doy un sinfín de vueltas sobre
aquella agua helada, mi piel ahora esta morada o tal vez azul. Sigo esperando
la llamada de Jaejoong, llamada que no llega, estoy cansado, hambriento e
impaciente, necesito comprar algo de comer.
-Mierda-. Digo en voz alta
Creo que me he vuelto a perder en la facultad, observo detenidamente el
lugar, ¿dónde carajos estoy? Miro el reloj, 5:30 pm, dios ya es muy tarde y no
se en dónde demonios me encuentro. Sigo caminando y de pronto escucho un
agradable sonido, donde hay ruido es probable que haya gente, entonces debo ir
allí.
Cada vez el sonido es más y más claro, es… tal vez, un ¿piano? Sin darme
cuenta ahora me encuentro parado en frente de lo que parece ser el salón de
música. Nunca lo había visto, creo que es lindo. Oh, otra vez aquel sonido
persistente, quiero ver quién es el causante de aquella magnifica melodía.
Y de todas las personas posibles porqué tenía que ser él, el tarado de
Park Yoochun. Acaso soy un imán de imbéciles o algo así.
Él es el causante de la maravillosa melodía, olvide que tocar el piano es
lo único que hace bien. Me siento afuera del salón de música para deleitarme
con tan magnifica tonalidad, la manera en que sus dedos se deslizan sobre las
teclas es simplemente increíble.
“Changmin, he llegado, te espero afuera”
Recibí ese mensaje por parte de Jaejoong, el tiempo corrió más aprisa
cuando llegue accidentalmente aquí, cuando escucho la música que produce Park
Yoochun hay algo en ella que simplemente me deja anonadado.
/ ~ / ~/ ~ / ~
—Jaejoong…—. Siento que alguien mueve mi cuerpo. —Jaejoong reacciona—.
—Lo siento Junsu, estaba pensando en algo—.
Últimamente con todo este lío de mi venganza contra Song tengo mi cabeza
nublada de ideas, y complicándolo un poco más, la aparición de Park Yoochun.
— ¿Qué tienes? —. Preguntó Junsu
—Yoochun—.
— ¿Qué? —.
—Park Yoochun—. Respondí apretando los nudillos
— ¿Quién en ese tipo? No me digas… no me digas que es aquel chico por el
cual Changmin escapo de ti para buscarlo—.
Asentí.
Junsu me miró durante un tiempo mientras fruncía el ceño, se mordió el
labio inferior y después empezó a reírse descaradamente.
— ¿Tan inseguro eres Jaejoong-ah? —.
Arquee una ceja.
— ¿a qué te refieres? —.
—Changmin ya no es aquel niño que lloraba por Yoochun, actualmente ni lo
recuerda, además no confías en todo lo que has vivido junto a él. Sé que él te
quiere, pero como te lo he dicho antes, sino le confiesas tus sentimientos y
tratas de ganar su corazón, otro puede llegar y arrebatártelo. Y con la llegada
del Park ese puede arruinar tus planes—.
—Cállate idiota—.
Junsu tenía razón, no podía fiarme de los sentimientos de Changmin,
porque siempre tuvo una conexión muy especial con Park que ni con la operación
para borrar sus recuerdos, logré deshacerme de ella, pero ahora tengo mucho que
pensar…
/ ~ / ~/ ~ / ~
Faltan exactamente 2 semanas para que por fin comiencen las vacaciones de
invierno, el clima frio cada vez se hace más presente.
Cada vez esperaba más tiempo a que Jaejoong llegase por mí, pero ya no me
molestaba como las primeras veces, ahora había encontrado algo con que perder
placenteramente el tiempo, y eso es… escuchar como toca el piano el idiota de
Park Yoochun.
Se me ha vuelto una necesidad escucharlo, ahora cada vez que terminan las
clases y Jaejoong no llega por mi voy directo al salón de música a escucharlo,
incluso ya me aprendí todo el camino de ida y vuelta a aquel salón, ya no me
pierdo como en otros lugares de la facultad.
Parece que Park Yoochun lee mi mente o algo parecido, porque él sabe
plasmar mediante las melodías que toca como me siento de ánimo. Su música es
tan profunda, me hace sentir tan relajado, confieso que he grabado todo lo que
ha tocado y lo pongo en las oscuras noches para dormir. Cuando Park no viene a
tocar me siento vacío, como si la poca luz que he conseguido se esfumara al
instante.
Espero pacientemente a que el mensaje de Jaejoong llegue a mí diciéndome
que se retrasara en venir por mí.
Aquel mensaje no llega, supongo que lo ha olvidado.
Suspiro tristemente, hoy el día se tiño de gris muy pronto.
Necesito ir por unos libros de Cálculo a la biblioteca y después tengo
que ir al salón de música, tal vez hoy el bobo de mi decano me deleite con una
melodía melancólica, que es justo como me siento hoy.
Me siento afuera del salón de música, escucho las teclas del piano sonar,
es señal de que Park se encuentra allí. Sus dedos pasan rápidamente por los
sonidos graves del piano, suena que está ansioso o tal vez preocupado. Ahora
escucho el rezumbar de sus pasos, está dando vueltas por aquel estrecho lugar,
se despeina los rizos y sigue caminando, suspira y ahora… ¿está llorando? Sí,
él llora, nunca había visto llorar a alguien de esa manera, me hace sentir muy
ansioso y con ganas de pasar el filo de la navaja por mis dedos.
Volvió a sentarse enfrente de aquel piano blanco, la melodía es triste
como estos fríos días de invierno.
Hola, Hola
¿Hay alguien ahí?
Porque no escucho ningún sonido
Solo, solo
No sé dónde está el mundo,
pero lo echo de menos ahora.
Estoy en el borde y grito mi nombre,
como un tonto con todas mis fuerzas,
algunas veces cuando cierro mis ojos finjo estar bien,
pero nunca es suficiente.
Esta es la primera vez que lo escucho cantar, no es lo mismo que cuando
recita poesía, pero sin duda esa voz dulce que tiene siempre está presente, en
definitiva me encanta.
Porque mi eco, eco
es la única voz que regresa.
Mi sombra, sombra,
es la única amiga que tengo
Escucha, escucha,
Tomaría un suspiro si eso
fuera lo único que tuvieras que dar
Pero no lo es, no lo es,
Tú podrías venir y salvarme,
tratar de perseguir la locura
y sacarla de mi cabeza.
Su voz comienza a apagarse a causa de su respiración entrecortada debido
a las ahora gotas saladas que escurren por su nívea piel, es algo raro, pero su
dolor inexplicablemente me pesa.
No quiero estar abajo,
Solo quiero sentirme vivo.
Llegar a ver tu cara una vez más,
solo mi eco y mi sombra son mis únicas amigas
El sonido se detiene, doy un paso hacia atrás.
Mierda, ha visto que lo estoy espiando.
— ¿Qué haces aquí? —. Exclamó mientras se quitaba los rastros de lágrimas
de sus pestañas.
Quise formular alguna oración para defenderme, pero mi lengua se enredó
dentro de mi boca y salí corriendo de allí. Escuché algo caer, no me importo en
absoluto, mi única meta era alejarme lo más rápido de aquel lugar.
Mi respiración se encontraba agitada, decidí esperar a Jaejoong en el
lugar de siempre, en una banca junto al jardín de mi edificio.
6pm. A estas horas ya no había casi nadie, me gustaba la soledad, pero él
no ver tanta gente comenzaba a preocuparme, cuánto tiempo necesita Jaejoong
para llegar por mí. Escucho el ruido del viento mecer las pocas hojas que les
quedan a los árboles, demonios, comienza a hacer más frio y solo traigo una
sudadera delgada, necesito mantener mi mente ocupada.
—El libro de Cálculo—. Dije en voz alta.
Hurgo en mi mochila para sacarlo de allí, busco y busco, nada. Mierda, no
será que lo que se escuchó caer fue mi libro y ahora tengo que recuperarla. Excelente
Changmin.
Al llegar al salón de música este ya se encontraba cerrado, me lleve la
palma de mi mano a la cabeza, solo yo podía ser tan jodidamente torpe y
despistado, la ansiedad vuelve a mí, ¡maldita sea!
—Joven, ¿Qué hace aquí tan tarde? —. Dijo sorprendido un señor ya de
avanzada edad.
—Olvide algo—. Le respondí.
—Pues qué bueno que lo encontré a tiempo, usted y yo somos los únicos que
estamos aquí, y es mi deber pedirle que se retire, ya pasan de las siete y la
escuela cierra a las siete—.
—Pe-pero—. Traté de replicar, pero…
—Lo lamento, lo acompaño a la salida—.
Y eso fue lo que hizo.
¿Jaejoong, donde te encuentras? Llamo
a su celular más de 20 veces, solo recibo respuesta de la estúpida
contestadora. Ya casi van a dar las 8, comienza a oscurecer, ¿ahora que mierda
hago? No tengo la más mínima idea de cómo volver a casa, y estando aquí parado
solo me hace sentir terriblemente inseguro y ansioso.
Piensa, piensa Changmin, de que te sirve ese enorme cerebro si no lo usas
en ocasiones como esta.
—Un taxi—.
Sí un taxi, como no se me ocurrió antes. Recuerdo que a unas cuantas
cuadras de la facultad hay una estación donde hay taxis. Sí, no debe ser
difícil encontrar aquel lugar, memoria no me falles, hoy no por favor.
La oscura noche pesa cada vez sobre mis hombros, no tengo idea de cuánto
llevo caminando, yo y mi fallido sentido de la orientación que se hace presente
siempre. Está comenzando a nevar, tengo frio y miedo, miedo de no saber en dónde
rayos me encuentro.
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Hace algunos minutos que tengo la
sensación que alguien me sigue, estoy comenzando a sudar frio, no sé qué hacer.
Jaejoong porqué no estás aquí conmigo cuidándome.
— ¿Qué hace semejante belleza, perdida por estos lugares? —. Dijo una voz
tras de mí.
Mierda, llegue a una especie de callejón sin salida.
Me gire para ver quien me llamaba, pensaba que solo era una persona… pero
son tres.
Trate de esquivarlos, pero tenía tanto miedo y ellos poco a poco me
fueron acorralando.
—Belleza, quiero que me pongas atención cuando te hablo—. Uno de los
tipos me jaló del brazo.
— ¡Suéltame imbécil! —. Grite con fuerza
—Vaya, vaya, la preciosura si habla, y no solo eso, sino que también
tiene carácter, y un carácter fuerte, me gusta—.
El tipo comenzó a acercarse a mí, empezaba a invadir mi espacio personal,
¿Qué hago?
—Sujétenlo, quiero divertirme con él—.
Los otros dos tipos me aprisionaron al escuchar eso, trate de zafarme
pero fue imposible. Él comenzó a acariciarme, me entraron ganas de vomitar, él
me fue arrinconando más y más, sabía lo que pretendían hacerme. Lagrimas
cayeron de mis ojos, grite al punto de quedarme sin voz, estaba a punto de
perder la poca luz que me quedaba.
— ¡Jaejoong! ¡Jaejoong! —. Grite desesperado.
Nadie respondió, Jae porqué cuando más te necesito no estás aquí
/ ~ / ~/ ~ / ~
Toda la tarde me la paso encerrado en una oficina hablando de cosas
triviales con el malnacido de Song, desde hace como media hora le he dejado de
prestar atención, tengo una opresión en el pecho, siento que algo me falta.
Suspiro fuertemente, apenas son las seis de la tarde y la junta está planeada
hasta las ocho, necesito llegar a casa para relajarme. Mantengo la sensación de
que algo falta, pero es mejor que lo olvide para que así el tiempo pase más
rápido.
— Muy bien Jejung, es hora de retirarnos—.
Sonrío internamente, fui a paso lento directo a mi oficina, veo mi
peculiar portafolio y tengo la necesidad de abrirlo.
—Mierda—.
29 llamadas perdidas de Changmin, no puede ser, ¿Cómo demonios olvide que
tenía que ir por él a su facultad? Seguro aún estoy a tiempo de ir por él.
8:27 pm Mierda, mierda, mierda y más mierda, cómo pude olvidar ese
detalle tan importante, sobre todo que se trata de la persona que más adoro en
este mundo.
—Su celular—.
Claro, debería marcarle. Los segundos que espero son eternos.
“El usuario a quien marco esta fuera de servicio”
Maldita sea, Changmin espera por mí.
N.A. Pronto estaré de vacaciones ;___; <3 Así que espero ponerme a escribir mucho, estoy trabajando en un One-Shot ChunJae, ¡esperen por ello!
La semana que viene hay actualización de Heart Sounds, estén al pendiente. ¡gracias!
Besos -3-
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